30 de septiembre de 2012

Náuatl

Acabo de enterarme de algo extraordinario y ciertamente muy bonito: Náuatl significa «el buen sonido.» Creo que es el significado perfecto para un invento que comunica a una persona con otra.

29 de septiembre de 2012

Embrujo


En los tres últimos días dos temas me han tenido literalmente embrujado: Glad Rag Doll interpretado por Diana Krall y Where Do You Start? interpretado por Brad Mehldau. Puede que suene superfluo y acaso cursi, pero me cuesta no pensar y sentir que este tipo de cosas hacen que el mundo sea mejor y la vida resulte más llevadera.

28 de septiembre de 2012

Click


Siempre me ha parecido raro que alguien quiera ser árbitro de fútbol. Lo habitual es querer hacer un gol o ayudar a hacerlo; no lo es vigilar para que los que quieren jugar cumplan cabalmente las reglas del juego. Lo mismo me sucede con las personas que quieren ser policías o militares. Sentir ganas de estar uniformado, seguir órdenes, dar órdenes, entrenarse para usar un arma contra otra persona, usarla… me parece un sentimiento avieso que, insisto, no comprendo. Hace un par de días, en Madrid, cientos de personas se congregaron para exigir públicamente a los gobernantes que pensaran en alternativas gubernamentales que no hicieran sufrir a las personas. A cambio, esos gobernantes hicieron la vista gorda (vi  una noticia que decía «la sesión se desarrolló con perfecta normalidad»), y dejaron todo a la policía, que respondió con porrazos. De los gobernantes no diré nada, pero, me pregunto, ¿qué pasa por la cabeza de un policía cuando tiene ante sí a un ciudadano que pide justicia social? ¿qué hace click en su voluntad para que se decida por la porra y no por la disuasión o, mejor todavía, por el diálogo comprensivo y solidario?

Contraseña


Hace unos días iba en el metro y entre Quevedo y Sol se subió un hombre de unos 30 años de edad. Llevaba en la mano un instrumento de cuerdas e inmediatamente conjeturé que cantaría una canción a cambio de algunas monedas. Se paró muy cerca de mí y pude constatar que el instrumento que se disponía a tocar era nada más y nada menos que un cuatro, y, más sorprendente todavía, la canción que comenzó a cantar era «Alma llanera», el segundo himno nacional venezolano. La verdad me conmovió su interpretación que, justo es decirlo, no tuvo nada de virtuosa. Mi reacción seguramente se debió a la coincidencia de sentido en un lugar como ese. Acabó de cantar, le di una moneda y le dije «¡Chévere» como quien dice una contraseña. Me dio las gracias con un gesto entre cómplice y solidario y se marchó a otro vagón.

22 de septiembre de 2012

Rata


Estaba releyendo una de las cartas que le escribiera Myrna Minkoff al insufrible pero hilarante Ignatius J. Reilly y me topé con unas palabras desternillantes aunque no por ello menos precisas. Las transcribo a continuación porque además tienen resonancias personales. Aclaro que Myrna le contaba a Ignatius sobre una persona que había tomado por una y resultó ser otra, de allí la alegoría de la ardilla y la rata. De la idea que tuvo a partir de su encuentro con el farsante hablaré otro día. Va la cita: 
The incident reminded me of the time in Poe Park when this squirrel I was feeding turned out to really be a rat which at first glance could have passed for a squirrel any day. So live and learn. This phony gave me an idea. You can always learn something from crumbs.

Poco

«Quien sabe escribir un poco puede dibujar un jardín.» (Michel Serres)

21 de septiembre de 2012

Pudor


No tengo corazón para ciertas formas del exhibicionismo. No sé si por romántico o por pacato prefiero que se conserve un mínimo de pudor. Sé que los códigos del recato o de lo que se conoce como buenos modales han sido erróneamente utilizados como dispositivos de control. Sin embargo y más acá de esos extremos, pienso que es bonito dejar un cierto margen para la imaginación y, si es posible, para la sorpresa. La transparencia del ser, en ciertas ocasiones, puede resultar no sólo perturbadora, sino que en el plano relacional fuerza una solución de continuidad del tipo «Y a partir de aquí ¿qué?». Si el universo se dedicara a confesar sus pormenores los espíritus curiosos, los estetas, literatos, aventureros, científicos y poetas morirían de tristeza, y la tierra seguiría siendo plana, un mustio y lóbrego planeta.

20 de septiembre de 2012

Superstición


Borges tenía la ventaja de ser una superstición de los argentinos; yo, en cambio, soy mi propia superstición y aún no sé si esta sea una condición ventajosa. Creo fervientemente en la suerte; sobre todo en la mala. Así que procuro agenciarme uno que otro amuleto. Son muy útiles y producen cierto sosiego y cierto aplomo para, por un lado, enfrentar las fuerzas siempre misteriosas, siempre imprevisibles, del mal y, por el otro,  esperar que el azar me favorezca por la vía de la lotería o de algún pago inesperado o de una luz verde oportuna o de la llegada a tiempo del tren o de un día tibio y despejado para subir a la montaña.

19 de septiembre de 2012

Suscripción

Esto es lo que decía Borges sobre la revolución:

Creo en la revolución y estoy aguardando a que se produzca. En la revolución (que aguardo) no habrá líderes políticos, ni habrá propaganda ni banderas. Cuando me dicen que se ha producido una nueva revolución yo siempre pregunto: «¿Y tiene una bandera esa revolución?» Y cuando me dicen que sí la tiene, sé que ésa no es mi revolución.

Suscribo sus palabras. 

17 de septiembre de 2012

12 de septiembre de 2012

Destino


Lo fascinante del destino no es que exista, sino que se cumpla. Lo fascinante del cumplimiento no es que ocurra, sino que sea exacto.

11 de septiembre de 2012

Especioso


Digamos que existe una fuente de prestigio que, por ser tal, genera entidades prestigiosas. Digamos que por un defecto del sistema una de esas entidades obtiene el prestigio sin merecerlo. ¿Qué ocurriría con la fuente y con el resto de los productos probadamente prestigiosos si esa falsedad no logra ser descubierta o aquellos que la han descubierto no logran que la fuente rectifique ni logran que el farsante renuncie a un prestigio que no merece?

10 de septiembre de 2012

Siempre

Siempre he sido un pésimo optimista.

Típico


Hace poco una española revisó un borrador que escribí sobre una técnica de recolección de información. Si bien considero que sus competencias académicas están por encima del standard, es decir, por encima de las mías, a veces me dice cosas que la verdad me desconciertan. En esta ocasión, tachó en mi texto la palabra lineamientos y la substituyó por la palabra consideraciones. Cito el argumento que le sirvió de base para tomar esa decisión: «Esta palabra [lineamiento] se comprende poco en Español; podría entenderse como líneas generales.» Ya van varias veces que lectores españoles me hacen sugerencias similares con argumentos análogos. Mi conclusión, tal vez exagerada, es que no conozco suficiente el idioma que ellos hablan y que no están dispuestos a comprenderme sino a corregirme. Siempre creí que hablaba español, pero los españoles me hicieron ver que no manejo bien los términos. Luego los catalanes me hicieron ver que, además de no conocer bien los términos, en realidad yo no hablo español, sino castellano. Hoy, resignado, no temo afirmar que hablo venezolano, idioma que si bien se origina del castellano ya ha dejado de ser tal y va por su propio rumbo. Solo me falta la autoridad para decirle a los españoles que en mi idioma no está bien visto que, por ejemplo, alguien diga subir para arriba o salir para afuera, y cosas por el estilo.

4 de septiembre de 2012

Injusticia


Sé poco de fútbol, pero en España es inevitable enterarse de algunos pormenores que, desde mi punto de vista, nada tienen que ver con la cuestión deportiva en sí. Incluso, diría que el equivalente español del culebrón latinoamericano son las noticias sobre este popular deporte. En estos días el evento más relevante es la tristeza de Cristiano Ronaldo. Aparentemente, el jugador está necesitado de afecto y, según ciertos medios, también quiere un aumento de sueldo. Gana 13 millones de euros por temporada pero, especulan las fuentes, esto le resulta insuficiente. Los rumores apuntan hacia una inminente renuncia al Real Madrid, pero eso está por confirmarse. De momento, pienso que la tristeza de Ronaldo es un signo más de cuán injusto puede ser este mundo o, mejor dicho, de cuán inconforme y voraz puede llegar a ser el ser humano.

3 de septiembre de 2012

14


Recientemente, se ha sumado al ínclito grupo de trece seguidores y seguidoras de este blog una mujer cuya perspicacia es análoga al tamaño de su sonrisa. Bienvenida sea la catorce.

2 de septiembre de 2012

Ciudadano


Comenzando los años 40 del siglo pasado Filippini y Morbelli compusieron un tema llamado «Zonzo». Según mi vago y casi inexistente conocimiento del idioma italiano, la canción habla de un país llamado así, Zonzo, donde todo es felicidad. Es, por supuesto, un país que no hay, y si lo hay las personas de este mundo no lo logran ubicar. Cito el cuarto verso de la primera estrofa: «angolo di Paradiso, chissà dove sei» [Esquina del paraíso que quién sabe dónde está]. Uno escucha esta canción y siente ganas de ser ciudadano de Zonzo; sería, claro está, una ciudadanía imaginaria, pero con lo desgastada que está la real, con aquélla bastaría.

1 de septiembre de 2012

Lluvia


No recuerdo quién decía que la lluvia siempre sucede en el pasado. Creo que no se equivocó. La lluvia es nostálgica por excelencia y, también, tal como dice la gente de Tin Hat, la lluvia es una animal muy apuesto. Soy de un lugar de mucho llover. Entre mi infancia y la lluvia hay un diptongo memorioso que se activa cada vez que llueve. Me veo en la ventana aquella de la casa del Señor Espejo que tenía un suelo verde muy pulido, viendo bajar el torrente de agua por Sixto Díaz. Lanzaba trocitos de papel a ver hasta donde los arrastraba la corriente antes de engullirlos para siempre. Dos veces la lluvia nos dejó sin techo y una vez casi me lleva con ella, mientras yo, ayuno de toda consciencia del peligro, jugaba por los lados de Santa María, también llamada Quebrada Abajo, en medio de una tormenta. Hoy es noche de lluvia en Barcelona, pero estoy en Los Teques.

Independencia


Acabo de ver un anuncio de Jack Daniel’s que traducido dice así: «La libertad es un derecho; la independencia es una opción.» ¿Acaso no es intrigante? En principio, uno esperaría que un fabricante de bebidas alcohólicas, es decir, bebidas que generan dependencia, no se arriesgue a decir algo así. Sin embargo, considerando todos los recursos publicitarios que ponen en práctica los fabricantes de este tipo de productos, en modo alguno es un riesgo. El anuncio juega a la disonancia cognitiva: sabe muy bien que el dependiente opta por la bebida no porque genera dependencia sino porque le proporciona una inestimable ilusión de independencia. Imagino que todo cambiará cuando la independencia, tal como ha sucedido con la libertad, también sea un derecho.

Mudo


Hoy entré a un baño público. Pertenecía a un restaurante de cuyo nombre no quiero acordarme. Mientras me lavaba las manos, leí un letrero puesto justo a la altura de la mirada que decía más o menos esto: Si considera que este baño no está todo lo limpio que usted desea, hágaselo saber al personal de limpieza. Confieso que el escrito me dejó en blanco. Por lo general, infiero de un gesto mínimo como ese algún rasgo cultural o alguna proeza semiótica o alguna exageración por el estilo. Sin embargo, esta vez me quedé mudo. No sé por qué, pero apenas logre tener algo en claro lo haré saber por esta misma vía.

Invisible


Hoy por pura casualidad me enteré de la existencia de una receta para alcanzar la invisibilidad. Los ingredientes no son difíciles de conseguir, pero la preparación me excede, Incluso la sola idea de tomar la dosis necesaria para hacerme invisible me resulta repugnante. No revelaré aquí el contenido de la receta; tampoco la preparación. Sólo diré que yo vengo siendo invisible desde hace mucho tiempo, y para lograr ese resultado no hizo falta ni ese brebaje ni otro prodigio análogo. Con ser el que voy siendo ha sido suficiente.