24 de junio de 2016

Perspicacia


Malcolm Bradbury, viéndose en la necesidad de justificar por qué los críticos lo ubicaban en una esfera literaria particular, dijo un par de cosas que me resultan, no solo perspicaces, sino divertidas. Primero, con los géneros pasa lo mismo que con los coches deportivos: una vez que estás dentro es muy difícil salir de ellos. Segundo, no importa que un autor declare que el contenido de sus libros es ficticio, la gente siempre se las arregla para encontrar en ellos “hechos reales”. La parte divertida es que esta última idea la completa con una frase muy propia del humor inglés: “even though reality was abolished in the 1980s”, es decir, aun cuando la realidad fue abolida en los años ochenta. Creo que una de las cosas que más disfruto de algunos escritores como Bradbury o como DeLillo, o anteriores como De Quincey o Swift, es ese sentido de la oportunidad para introducir una frase que dibuja una sonrisa en el rostro del lector. Las propuestas estéticas que nos hacen sonreír son del todo valiosas. Esta es una afirmación riesgosa, pero creo que puedo autorizarme a decirla dada la naturaleza secreta de la mayoría de los blogs. Muy relacionado además con mi afición por la comedia, el mismo Bradbury decía que sus novelas, aunque muchos se las tomaban en serio, él las consideraba cómicas, es decir, que ciertas páginas estaban intencionalmente escritas para producir un reflejo fisiológico que en Bretaña llaman loughter, es decir, carcajada.